Hace unos meses la plataforma de OpenAI, cofundada por el multimillonario Elon Musk, lanzó la última versión de la inteligencia artificial conversacional nombrada ChatGPT.

Aunque este lanzamiento ha generado incertidumbre, sobre todo en el campo de la escritura, dista de ser una amenaza para los creativos de las palabras, ya que existen cuestiones éticas y de uso que deben ser consideradas, además de que esta tecnología sigue teniendo algunas limitaciones.

¿Te imaginas cómo debieron sentirse los pobladores de la antigua Mesopotamia por el año 3500 a.C., cuando se inventó y utilizó por primera vez la rueda?

¿O qué percepciones y opiniones pudieron generarse, cuando Johannes Gutenberg hacia 1450 maravilló al mundo, con la invención de la imprenta?

Tal vez, las futuras generaciones analicen el periodo entre 2020-2023, fechas en que OpenAI pusiera a disposición de usuarios internautas el uso del chat bot más popular hasta el momento.

Desde el 2019, la compañía creó la primera propuesta de inteligencia artificial (IA) que escribía noticias falsas, sin embargo, decidieron no publicarlo por las consecuencias que implicaba. Más adelante lanzó una versión de la herramienta de IA denominada GPT-2, años después mejoró la versión con otro chat bot llamado GPT-3, que es la versión que ahora conocemos.

Usar ChatGPT es sencillo, una vez que accedes a la plataforma en línea de OpenAI, seleccionas la opción para utilizarlo, te va a solicitar ingresar una cuenta o que registres una nueva; te pide tu correo electrónico y número de teléfono, después te aparece una interfaz parecida a la de cualquier chat, donde puedes preguntar lo que quieras y te enviará una respuesta.

¿Cuál es la emoción en este proceso? Que los resultados son hasta ahora infinitos, ya que en cualquier parte del mundo una persona le puede solicitar una receta, una canción, un reporte, una estrategia, un poema, traducciones, resúmenes de libros, composiciones, y mucho más; y la IA ofrece en menos de un minuto, de una manera coherente, un texto elaborado.

A través de un modelo de lenguaje generativo, se aplicó el Reinforcement Learning (aprendizaje por refuerzo), donde se incluyó un entrenamiento de más de 8 millones de documentos y más de 10 mil millones de palabras, por lo cual se considera el modelo con mayor capacidad jamás creado.

Además, también se le puede solicitar que explique complejos conceptos o aprendizajes, como lenguaje de programación como JAVA o SQL, álgebra, estadística, y más. Sin embargo, se trata de una IA que sigue en proceso, entre más personas interactúen con ella, hagan preguntas y utilicen diferentes palabras, podrá mejorar su capacidad de procesamiento y rendimiento, pero ello no significa que pueda generar, en este momento, pensamiento reflexivo.

A nivel internacional ha generado inseguridad para las profesiones donde la herramienta principal es el lenguaje, como periodistas, escritores, oradores, profesores; así como estudiantes, universidades e instituciones públicas que se preguntan qué pasará en el futuro del mundo de la palabra escrita.

Funcionarios públicos utilizan aprendizaje por refuerzo

Por el momento, el uso de esta IA es de manera gratuita en la plataforma que la hospeda, lo que hace su uso amigable para cualquier persona que quiera probar su interacción y lanzar una pregunta.

Es así que, incluso líderes políticos pueden estar haciendo uso del chat bot para solicitar textos y comunicarse con sus naciones; una posibilidad que no se ha llevado a la dinámica diaria, pero ya existen casos donde esto sucedió y no es de asombrarse si en el transcurso del año surgen más noticias sobre otros presidentes o políticos que operan ChatGPT como una herramienta de discurso político.

A inicios de febrero de este año, el medio The Jerusalem Post (2023) dio a conocer que el presidente de Israel, Isaac Herzog, había hecho uso de ChatGPT para pronunciar un discurso que estaba parcialmente escrito por la IA.

Cuando se cuestionó sobre las razones que tuvo Isaac Herzog, él mismo comunicó en la conferencia Cybertech, celebrada en Tel Aviv, que fue para demostrar los avances tecnológicos que las empresas en innovación han logrado en los últimos años. No obstante, mencionó que estas tecnologías “no deben olvidar el espíritu humano, nada puede reemplazar a las personas y los ojos de la innovación deben ver en el horizonte el beneficio de la población” (Herzog, 2023).

IA ChatGPT conversacional en la educación

En Estados Unidos y Reino Unido, las universidades también expresaron cierto nivel de consternación respecto al uso de esta IA, debido a que su procesamiento del lenguaje brinda la oportunidad a estudiantes de obtener ensayos, resúmenes o síntesis, que se solicitan en el salón de clases.

Incluso, algunos colegios de Nueva York, de acuerdo al periodista Zoha Qamar (2023), han prohibido en todos los equipos de cómputo que se pueda descargar el chat bot para evitar que se hagan búsquedas y creaciones de textos de manera artificial. Las opiniones resultan divididas, ya que hay docentes quienes piensan que prohibir no servirá de nada cuando tienen al alcance los dispositivos móviles.

Por su parte, profesores de la Universidad Rutgers han vertido algunas consideraciones sobre el tema, si bien ChatGPT puede elaborar con una sintaxis mejor que la de muchos estudiantes, “no tiene pensamiento crítico, ni la capacidad minuciosa de la investigación académica” (Rutgers University, 2023).

A nivel universitario, será difícil que permee en la calidad y nivel de los trabajos que se solicitan a los estudiantes de manera escrita, sin embargo, a nivel básico, los educadores expresan preocupación sobre el plagio y la ética, en un horizonte donde siguen combatiendo las malas prácticas que los impulsen a integrarse a una educación superior donde desarrollen su potencial profesional.

Ante este panorama, OpenAI también ha presentado un clasificador que determina si un texto fue escrito por un humano o generado por inteligencia artificial. Pese a ello, la compañía menciona que “no es totalmente fiable y en las pruebas con textos en inglés identificó correctamente solo el 26 % de los que fueron creados por IA, mientras que a la hora de reconocer los textos escritos por personas reales erró en el 9 % de los casos” (OpenAI, 2023).

El escenario requiere del uso responsable del chat bot, tanto de docentes como estudiantes, quienes deberán aprender a acreditarlo solo como una herramienta, para que prevalezcan las metodologías pedagógicas y de enseñanza, que están lejos de ser sustituidas por alguna IA. Si bien, puede presentar soluciones, explicar y armar textos, incluso, de grandes extensiones, sigue perfeccionando sus funciones, por lo cual no sustituye las capacidades metacognitivas adquiridas en una universidad.

Y entonces… ¿ChatGPT reemplazará la escritura humana?

Mientras que, para el área de ciencias exactas, podría resultar un parteaguas de conocimientos y nuevas demandas en carreras como ingenieros en software y prompt engineering, además de mejorar la retroalimentación de los profesionales con su campo de trabajo, las profesiones creativas y de escritura, dudan del panorama con las IA.

Empresas como Amazon han comenzado a redirigir a sus colaboradores para que utilicen ChatGPT y puedan ayudar en la decodificación, de manera que apliquen esa herramienta para el beneficio de su compañía.

En cambio, BuzzFeed, la empresa de entretenimiento y famosos Quizzes, informó en un memorando interno que, al despedir al 12% de su personal, planeaba usar la tecnología de OpenAI para mejorar su contenido editorial, incluidas listas y cuestionarios.

Un panorama no tan alentador para profesionales que utilizan las palabras para crear narrativas y transmitir conocimientos. No obstante, ChatGPT es una inteligencia que también tiene errores, puesto que algunos usuarios han señalado que algunas respuestas que ofrecen no tienen fluidez, tampoco cuenta con un estilo y voz, como la que crea una escritora o escritor.

Conclusión

A finales del año pasado, Musk refirió a través de un tweet que el ChatGPT puede convertirse en una IA “peligrosamente fuerte”, ello en respuesta al mensaje del actual CEO de OpenAI, Sam Altman.

interesting to me how many of the ChatGPT takes are either «this is AGI» (obviously not close, lol) or «this approach can’t really go that much further».

trust the exponential. flat looking backwards, vertical looking forwards.

— Sam Altman (@sama) December 3, 2022

Es interesante cuántas de las tomas de ChatGPT dicen: «esto es inteligencia general artificial (AGI)» (obviamente no está cerca, lol) o «este enfoque realmente no puede ir mucho más allá». Confia en el exponencial. Mirando plano hacia atrás, y mirar vertical  hacia adelante.

La compañía ha vislumbrado un futuro lucrativo con el chat bot, ya que se ha convertido en una de las IA más buscadas para su uso. No se tiene certeza si más adelante se cancelará la prueba gratuita del chat para ser una herramienta de pago. Lo cierto es que su saturación es evidente en los últimos días, de acuerdo al horario en que ingreses, puedes encontrar mensajes de parte de la IA solicitando comprensión, ya que su servidor no está disponible.

Aquí una de las respuestas que, de manera elocuente en forma de nutria, ChatGPT envía cuando entras a OpenIA y no logras interactuar con su interfaz:

“Explain the status of ChatGPT as a sea otter.

Squeak squeak! Sorry, ChatGPT is very popular right now. Please try again later! Squeak squeak!”

Más importante que saber qué preguntar, es saber cómo preguntar, las IA nos recuerdan que como humanidad los cambios son bienvenidos, ya que una premisa de la vida es el movimiento y que nada permanezca estático. Así, las invenciones tienen que estar al servicio de la humanidad, y no es omisión el uso del chat bot más avanzado. Por ello, las preguntas deberán dirigirse no a qué pasará en el futuro, sino cómo usaremos esta IA en el futuro. Nos queda mucho por descubrir, pero determinar que solo es una herramienta de mejora para la escritura será clave para no corromper la ética y la creatividad.